Por qué visitar los monasterios de Lugo
Aquí tienes la guía completa con los mejores monasterios de Lugo. Estas construcciones no solo representan siglos de historia y devoción, sino también un tipo de arquitectura que ha sabido dialogar con el paisaje.
Muchos de estos monasterios se erigen en lugares apartados, entre montañas, valles y cursos de agua, lo que convierte cada visita en una experiencia sensorial completa. Escuchar el silencio en sus claustros, admirar sus retablos barrocos o pisar sus piedras centenarias es una forma de conectar con la historia viva.
Además, buena parte de estos enclaves se encuentran cerca de rutas del Camino de Santiago, lo que añade valor cultural y espiritual al recorrido. La provincia de Lugo es ideal para el turismo lento, consciente y sostenible.
Las 3 monasterios que no te puedes perder si visitas Lugo

Monasterio de Samos
Situado en pleno Camino Francés, el Monasterio de Samos es uno de los más grandes y antiguos de toda la península. Fundado en el siglo VI, aunque con reconstrucciones posteriores, combina elementos románicos, góticos y barrocos.
Su impresionante claustro es el mayor de Galicia y uno de los más grandes de Europa. La iglesia monástica, con su altar mayor y las pinturas murales de Celso Lagar, merecen una visita pausada. También se puede visitar la biblioteca y el taller de encuadernación. Su entorno natural, bañado por el río Oribio, realza la experiencia espiritual

Monasterio de San Salvador de Lourenzá
Este monasterio, también conocido como el Escorial gallego, sorprende por su monumental fachada barroca, que recuerda a la del Obradoiro en Santiago. Fundado en el siglo X, fue reformado en el XVII, y hoy acoge una iglesia de gran valor artístico.
En su interior, destacan el retablo mayor y el órgano barroco, ambos de notable elaboración. La sacristía y la biblioteca también están abiertas al público. Además, el monasterio tiene un interesante museo de arte sacro y alberga eventos culturales durante el año

Monasterio de Santa María de Ferreira de Pallares
En el corazón de A Terra Chá se alza este austero pero evocador monasterio, que conserva una iglesia románica del siglo XII. La sencillez de sus formas contrasta con la belleza de su ábside semicircular y sus canecillos decorados.
Se trata de un lugar perfecto para los amantes de la arquitectura románica y los paisajes tranquilos. Las leyendas locales hablan de apariciones marianas y peregrinos que sanaban sus males en sus muros. Pasear por el entorno es retroceder varios siglos en el tiempo.
Historia y leyendas que rodean estos lugares
Se cuenta que el Monasterio de Samos fue salvado milagrosamente de varios incendios por la intervención divina de San Benito. Los monjes creen que fue él quien protegió el lugar, reforzando su espiritualidad.
En Lourenzá, algunos vecinos afirman que ciertas noches se oyen cantos gregorianos que emanan del subsuelo. Según la leyenda, son las voces de los antiguos monjes que siguen velando el templo.
En Ferreira de Pallares, existe una piedra que supuestamente fue tocada por la Virgen María. Aseguran que quien la roza, sana dolencias musculares o articulares. Estas tradiciones convierten cada visita en un viaje entre mito y realidad.

Sabores con historia: gastronomía monástica
La cocina tradicional gallega se deja sentir también en los monasterios. Antiguamente, los monjes elaboraban su propio pan, quesos y licores. Algunos de ellos aún mantienen esa tradición y venden productos artesanales.
Durante tu visita podrás probar platos típicos como el lacón con grelos, empanada de zamburiñas, caldo gallego y, por supuesto, postres como la tarta de almendra o el flan de queso. En las zonas cercanas a los monasterios encontrarás pequeños restaurantes que ofrecen cocina casera con productos de kilómetro cero.
Planning día a día para un fin de semana por los monasterios de Lugo

Día 1: Samos y el Valle de Lóuzara
Mañana: Visita guiada al Monasterio de Samos. Paseo por el claustro y la biblioteca.
Mediodía: Almuerzo con vistas al río en un restaurante local.
Tarde: Senderismo por los caminos del valle, ideales para desconectar.
Noche: Hospedaje rural cercano. Cena con productos típicos de la comarca.

Día 2: Lourenzá y Mariña Lucense
Mañana: Ruta por el monasterio de San Salvador. Visita al museo.
Mediodía: Comida con pescado fresco en el cercano litoral.
Tarde: Paseo por la playa de las Catedrales o por Ribadeo.
Noche: Alojamiento en Foz. Cena con mariscos y vinos gallegos.

Día 3: Ferreira de Pallares y A Terra Chá
Mañana: Visita a Santa María de Ferreira. Recorrido por la iglesia y su entorno.
Mediodía: Picnic campestre o comida en Vilalba.
Tarde: Relajación en las Termas de Lugo o paseo por su muralla romana.
Regreso: Tarde-noche con tiempo para un último brindis con licor café o albariño.
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