La exposición comisariada por Pepe Barro -autor también de la museología de la Casa Museo- repasa la historia del centro, que se abrió al público el 15 de julio de 1971, en pleno franquismo, gracias a la colaboración de miles de personas y entidades de todo el país y de la emigración. La semilla para conseguir este logro la puso el Patronato Rosalía, creado en 1947.
La organización se convirtió en refugio del gallego con actos como la Misa de Rosalía en Bonaval, que fueron auténticos encuentros para afirmar la cultura y la identidad del país. Y en ese contexto creció la idea de recuperar la casa que vivió el autor de «Cantares Galegos», un proyecto impulsado por la voluntad popular que ni siquiera el franquismo pudo frenar.
Poco después de la muerte de Rosalía, en 1885, la Casa da Matanza donde vivía en Padrón quedó vacía. Tras varios intentos, fue comprado en 1946 por Xosé Villar Granjel y Xosé Mosquera, fundador en 1947 del Patronato Rosalía de Castro. La primera restauración del inmueble no se llevó a cabo hasta 1951, según planos de Gómez Román.
La historia de un logro colectivo
La campaña para convertir la casa de Rosalía en museo se inició en 1970 a raíz de la propuesta realizada por José Manuel Rey de Viana en el Pedrón de Ouro. En esta causa participaron cientos de personas anónimas de toda Galicia, se organizaron colectas en muchos pueblos y en casi todos los centros de emigración gallegos. La iniciativa consiguió la adhesión de más de 70 ayuntamientos, varias entidades bancarias, la Federación de Caixas de Aforros, clubes de fútbol como el Celta de Vigo, la Federación Gallega de Ciclismo e innumerables asociaciones de todo el país. Como dato anecdótico, Angueira explicó que el club Celta de Vigo aprovechó el partido contra el Real Madrid en Vigo en 1971 para contribuir a la causa, donando una peseta por cada entrada vendida. «Se obtuvieron 35.000 entradas y 35.000 pesetas del partido que, con diferencia, ganó el Celta», apuntó.
La campaña se saldó con una recaudación de 994.043 pesetas que se destinaron a la ejecución del proyecto del museo, iniciativa que se hizo realidad en 1971 con el Patronato presidido por Sixto Seco y bajo la dirección de Fernández-Albalat. La Casa-Museo de Rosalía de Castro fue inaugurada el 15 de julio del mismo año según el montaje y dirección museística de Xosé Filgueira Valverde.
El último viaje fue a O Carril
Tanto el concejal de Cultura como el presidente del Patronato destacaron los múltiples vínculos que unen a Rosalía de Castro con Vilagarcía, más concretamente con Carril, pueblo donde veraneaba en una casa de la calle Lucena . Angueira recordó que la poeta menciona expresamente El Carril en muchas de sus obras, y que el último viaje que hizo antes de morir fue al Carril y en tren, algo que también está documentado. «Por eso con esta exposición en Vilagarcía es como si Rosalía hubiera vuelto a casa», concluyó.
El alcalde también se refirió a lo mucho que representa para Vilagarcía Rosalía de Castro, que dio su nombre a la Biblioteca Municipal, a la avenida que lleva a Carril y al colegio de la misma localidad donde, además, hay un busto del autor del Resurgimiento que anualmente homenajea el Día de las Letras Gallegas con una ofrenda floral.
Una mujer adelantada a su tiempo que nos representa y nos une como pueblo.
En su mayor parte, Sonia Outón destacó que la poeta “fue una mujer adelantada a su tiempo por varias razones. Porque, siendo mujer en el siglo XIX, fue escritora; porque escribió en gallego, su lengua natal, dándole un uso culto a la lengua; y porque en sus obras abordó los problemas sociales que padecimos los gallegos».
Finalmente, el presidente del Patronato destacó que “Rosalía es de todos los gallegos. Es nuestro rostro, que nos representa como pueblo ante el mundo, algo inamovible, porque es de todos, y todos los gallegos lo hemos sentido siempre como nuestro.»

.jpg)
Deja una respuesta