
Portomarín es una joya a orillas del Miño, con una historia única: fue reconstruido piedra a piedra tras la construcción de un embalse.
Por qué visitar Portomarín
Visitar Portomarín es asomarse a una historia de resistencia y reinvención. Este pueblo fue trasladado en los años 60 para evitar su desaparición bajo las aguas del embalse de Belesar. Muchas de sus casas y monumentos fueron reconstruidos, piedra a piedra, en su nuevo emplazamiento más alto.
Además, Portomarín es una parada importante en el Camino de Santiago Francés, lo que le da vida, dinamismo y un ambiente internacional. Cada día, cientos de peregrinos cruzan su puente, suben sus famosas escaleras y descansan en su acogedora plaza central.
Rodeado de naturaleza y con el río Miño como protagonista, Portomarín es también un lugar perfecto para practicar senderismo, deportes acuáticos o simplemente sentarse a observar el paso del tiempo. Su mezcla de historia viva, entorno fluvial y ambiente hospitalario lo convierten en un destino muy especial.
Las 3 paradas que no puedes dejar de hacer si visitas Portomarín

Iglesia de San Nicolás
También conocida como San Juan, esta iglesia fortaleza románica fue trasladada piedra a piedra desde su emplazamiento original. Impresiona por su robustez y simbolismo.

Escalinata y Capela das Neves
La gran escalinata que asciende desde el puente viejo hasta el casco urbano es uno de los accesos más emblemáticos del Camino. A mitad de subida, te recibe esta pequeña capilla.

Viejo puente y embalse de Belesar
Cuando baja el nivel del agua, se pueden ver los restos del antiguo puente romano y del Portomarín sumergido. Una imagen sobrecogedora y fotogénica.
Descubre todo sobre Portomarín
Historia
Portomarín fue fundado en época romana como punto estratégico de cruce del río Miño. Durante siglos, creció como villa comercial y hospitalaria gracias a su situación en el Camino de Santiago. Su puente romano-medieval era uno de los más importantes de Galicia.
En 1963, el régimen franquista construyó el embalse de Belesar, lo que obligó a trasladar el pueblo a una cota más alta. Monumentos como la iglesia de San Nicolás, la Casa do Concello o varios pazos fueron desmontados piedra a piedra y reconstruidos en su nueva ubicación. Algunas casas y calles quedaron sumergidas y, en épocas de sequía, todavía son visibles.
Portomarín es hoy símbolo de memoria, adaptación y respeto por el patrimonio. La historia no se borró, se reconstruyó con esmero.
Leyendas
Una leyenda local cuenta que, cuando el embalse baja mucho, se escuchan campanas desde las profundidades, pertenecientes a una antigua iglesia que no fue reconstruida. Algunos vecinos afirman haberlas oído en noches de luna llena.
Otra historia habla de un túnel secreto bajo el antiguo puente que usaban los monjes para cruzar el río sin ser vistos durante las guerras. Dicen que todavía podría existir, oculto por las aguas del Miño.
Gastronomía
La gastronomía de Portomarín es rica, sabrosa y muy gallega. Aquí se puede disfrutar de platos de temporada como el caldo gallego, el lacón con grelos o las empanadas de zorza y atún.
Uno de sus productos estrella es el aguardiente de Portomarín, muy apreciado en Galicia. Se elabora de forma tradicional y puede degustarse con hierbas, café o al natural.
Los postres tradicionales como las filloas, la leche frita o la bica de Portomarín completan la experiencia gastronómica, ideal para reponer fuerzas tras una jornada de camino o turismo.
Qué ver cerca de Portomarín

Castillo de Pambre
A 20 minutos en coche, esta fortaleza medieval es una de las mejor conservadas de Galicia. Rodeada de naturaleza y abierta al público.

Iglesia de Santiago de Ribas de Miño
La Iglesia de Santiago de Ribas de Miño, hoy en ruinas, conserva una imponente fachada románica que asoma sobre el embalse, envuelta en misterio y belleza.

Lugo Ciudad
A menos de 40 minutos, puedes visitar la muralla romana, el casco antiguo y saborear tapas en una de las ciudades con más historia de Galicia.