
Porto do Son combina mar, historia y naturaleza. Tiene playas vírgenes, castros ancestrales y una tradición marinera viva. Es perfecto para desconectar junto al Atlántico.
Por qué visitar Porto do Son
Porto do Son es uno de esos lugares que guardan la esencia de la Galicia costera más auténtica. Situado en la comarca de Noia, en plenas Rías Baixas, este municipio ofrece al visitante una combinación ideal de patrimonio, paisaje y tranquilidad. Las playas de arena blanca, los miradores con vistas infinitas y el carácter hospitalario de su gente hacen de este rincón un destino perfecto tanto en verano como en cualquier época del año.
Uno de los grandes atractivos de Porto do Son es su entorno natural. Las rutas de senderismo, las calas escondidas y los acantilados ofrecen múltiples posibilidades para los amantes de la naturaleza. Además, el municipio acoge uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Galicia: el Castro de Baroña, un poblado celta construido sobre rocas frente al mar.
La villa también es conocida por su ambiente marinero. Su puerto, activo y lleno de vida, concentra buena parte de la actividad local. Pasear por sus calles, conversar con los vecinos o probar marisco recién salido del mar son experiencias que conectan al visitante con el alma de este lugar.
Las 3 paradas que no puedes dejar de hacer si visitas Porto do Son

Puerto de Porto do Son
Corazón marinero del municipio. Aquí se vive el ambiente real del pueblo: barcos faenando, lonja, bares tradicionales y un ritmo de vida pausado.

Castro de Baroña
Uno de los castros mejor conservados de Galicia. Está situado frente al mar, sobre un promontorio rocoso. La visita es imprescindible para entender la historia celta.

Praia de Fonforrón
Uno de los puntos más altos de la zona, ofrece una panorámica impresionante de la costa cantábrica. En días despejados se pueden ver los acantilados de la costa norte gallega en toda su grandeza.
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Historia
La historia de Porto do Son está íntimamente ligada al mar. Desde tiempos antiguos, sus habitantes se dedicaron a la pesca, la recolección de marisco y la navegación costera. Uno de los testimonios más impresionantes de su pasado es el Castro de Baroña, que data del siglo I a.C. y que evidencia la importancia estratégica del lugar incluso antes de la romanización.
Durante la Edad Media, el territorio pertenecía al monasterio de San Xusto de Toxosoutos, y posteriormente, su economía se consolidó con la pesca de bajura y la producción de sal. En los siglos XIX y XX, muchos sonenses emigraron a América, lo que dejó huella en la arquitectura y las tradiciones locales.
A lo largo del tiempo, Porto do Son ha mantenido una identidad clara, basada en la relación con el mar, la tierra y la comunidad. Hoy sigue siendo un lugar en el que la historia convive con el presente sin perder autenticidad.
Leyendas
Una de las leyendas más populares de Porto do Son es la del «Tesoro del Castro de Baroña». Se dice que bajo una de las casas circulares del castro se esconde un cofre de oro celta que solo puede desenterrar aquel que sea capaz de escuchar los susurros del viento durante una noche entera sin moverse.
También se cuenta que en la playa de O Dique aparece a veces la figura de una mujer vestida de blanco, conocida como «A Dona do Mar», que llora por un marinero perdido. Esta figura se considera protectora de los marineros y símbolo de las viudas del mar.
Estas leyendas, junto con los cuentos populares transmitidos en las tabernas o durante las fiestas, forman parte del imaginario colectivo del municipio.
Gastronomía
La gastronomía de Porto do Son es un reflejo directo de su mar y su tradición. Los pescados y mariscos son los protagonistas indiscutibles: navajas, almejas, mejillones, berberechos, pulpo y sardinas frescas, cocinados con sencillez y respeto por el producto.
Las empanadas gallegas también tienen su espacio, con rellenos de zamburiñas o xoubas. En invierno, se puede disfrutar de un buen caldo galego o un plato de lacón con grelos. Los postres caseros como las filloas, el arroz con leche o la tarta de almendra ponen el broche dulce a cada comida.
Muchos restaurantes del municipio cocinan con producto local y recetas heredadas. Comer en Porto do Son es disfrutar de la cocina de proximidad, del sabor a mar y de la tradición gallega en estado puro.
Qué ver cerca de Porto do Son

Noia
A solo 20 minutos, esta villa medieval destaca por su casco antiguo, iglesias góticas y ambiente animado. Perfecta para una visita cultural.

Mirador da Curota (A Pobra do Caramiñal)
Uno de los mejores miradores de Galicia. Desde lo alto se contempla toda la ría de Arousa y, en días claros, hasta las Cíes.

Corrubedo y sus dunas
Espacio natural único con playas salvajes y un sistema dunar espectacular. Ideal para los amantes de la naturaleza y la fotografía.











