La Xunta finaliza los trabajos de limpieza en la Ponte Vella de Ourense, símbolo histórico de la ciudad

La Xunta finaliza los trabajos de limpieza en la Ponte Vella de Ourense, símbolo histórico de la ciudad

La Xunta de Galicia ha concluido los trabajos de limpieza y mantenimiento en la Ponte Vella de Ourense, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y pieza clave de su historia. Las actuaciones se centraron en la retirada manual de vegetación y maleza en los paramentos de cantería del puente, así como en la limpieza de las juntas para eliminar tierra y raíces acumuladas.

Los trabajos se realizaron mediante técnicas manuales, sin perforaciones y sin impacto ni en la estructura ni en el río Miño, garantizando la conservación del bien patrimonial.


Un mantenimiento que se suma a otras mejoras recientes

Esta intervención de conservación se suma a las obras de mejora en el entorno del puente, entre ellas la construcción de una nueva escalera de acceso al paseo del Miño en el lado norte y la pavimentación del entronque con la avenida das Caldas, dentro de un proyecto de humanización ya finalizado.

En años anteriores también se habían ejecutado trabajos de iluminación monumental y actuaciones de puesta en valor en la zona de la capilla de Os Remedios, reforzando así el atractivo turístico y cultural del conjunto.


La Ponte Vella: historia de un símbolo ourensano

La Ponte Vella de Ourense, también conocida como Puente Mayor o Puente Romano, es uno de los grandes símbolos de la ciudad y un emblema del escudo municipal. Su origen se remonta al siglo I d.C., en época romana, cuando se levantó la primera estructura para facilitar el cruce del Miño en un enclave estratégico de la Vía XVIII del Itinerario de Antonino.

Aunque el puente fue reformado en varias ocasiones, la reconstrucción más destacada se realizó en el siglo XIII bajo el reinado de Alfonso IX, configurando gran parte del aspecto actual. La estructura, de más de 300 metros de longitud, cuenta con siete arcos y un imponente arco central de más de 40 metros de luz, uno de los mayores de la Europa medieval.

Durante siglos fue la principal vía de acceso a la ciudad y un punto estratégico para el comercio, los peregrinos del Camino de Santiago y las comunicaciones entre el norte y el sur de Galicia.


Patrimonio vivo y referente turístico

Hoy en día, la Ponte Vella no solo cumple un papel funcional, sino que es un monumento protegido, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y un atractivo turístico de primer orden.

La imagen del puente sobre el Miño, especialmente al atardecer, es uno de los paisajes más reconocibles de Ourense y una referencia en la identidad colectiva de la ciudad. Las actuaciones de limpieza y conservación buscan precisamente garantizar su preservación para las futuras generaciones, reforzando su papel como testimonio histórico y como motor cultural y turístico.


Una joya que une pasado y presente

Con la finalización de estos trabajos, la Xunta reafirma su compromiso con la conservación del patrimonio gallego. La Ponte Vella sigue siendo, veinte siglos después de su origen romano, un símbolo de resistencia y continuidad: un puente que conecta no solo orillas, sino también épocas, generaciones y la propia identidad de Ourense.

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