El Auditorio de Galicia en Santiago de Compostela fue escenario, el pasado 17 de mayo, de una jornada muy especial. Con motivo del Día das Letras Galegas, la asociación Somos Pandeireteiras reunió a un centenar de mujeres tocadoras para reflexionar colectivamente sobre el papel de la música tradicional como vía para preservar y transmitir el idioma gallego y sus distintas variantes dialectales.
Mujeres que conservan las raíces vivas
La presidenta de la asociación, Gisela Sanmartín, abrió el encuentro destacando la diversidad de las hablas gallegas: “non temos unha soa, senón tantas como aldeas”. Agradeció a las tocadoras veteranas como Dina, Otilia, Carmen y Ermitas, quienes representan la continuidad de una tradición viva. “Grazas a vós, hoxe falamos galego”, afirmó con emoción.
Por su parte, la reconocida artista y vicepresidenta de la entidad, Mercedes Peón, expuso los ejes del debate: cómo mejorar la transmisión del idioma a través de las coplas y la enseñanza, tanto en las escuelas como en los escenarios. “Queremos saber cales son as mellores prácticas para manter viva a creación colectiva”, subrayó Peón.
Reflexión, redes y foliada
La periodista Pilar García Rego moderó una conversación con la directiva de la asociación, donde se resaltó la necesidad de tejer comunidad para hacer frente al descenso de hablantes. También se celebró un emotivo momento con las históricas pandeireteiras de Chaín, Digna Pérez y Otilia Mouriño, quienes compartieron recuerdos y coplas cargadas de tradición.
A lo largo del día, se desarrollaron cuatro mesas redondas moderadas por expertas en lengua y educación. Participaron destacadas autoras como Lucía Aldao, Paula Carballeira, Ánxela Lema y Nuria Vil, quienes resumieron las conclusiones del encuentro y abrieron paso a una gran foliada popular.
Un auditorio lleno de cultura viva
Gracias al apoyo del Concello de Santiago y del programa Compostela Cultura, esta jornada mostró que la música tradicional no solo entretiene: también preserva la memoria colectiva y fortalece el uso de la lengua en las nuevas generaciones.
Somos Pandeireteiras demuestra que crear comunidad es clave para que el gallego siga vivo y vibrando, de boca en boca, de copla en copla.













