Un agente de la Guardia Civil de Lugo vivió una escena digna de comedia el pasado fin de semana en una tienda de A Coruña. Lo que parecía un día tranquilo terminó en una intervención sorprendente, un robo en A Coruña utilizando una silla de ruedas para llevarse a cabo.
El cliente que se levantó de la silla
El guardia civil, que se encontraba de paisano en el establecimiento, observó la entrada de dos personas, una en silla de ruedas. Hasta aquí, nada fuera de lo común. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando el supuesto cliente con movilidad reducida se levantó sin problemas frente a un mostrador.
Joyas, gafas y un intento fallido
El improvisado ladrón abrió el expositor de joyería, tomó un anillo y se lo puso. Luego, con total descaro, retiró la alarma de unas gafas de sol y se las probó, mientras charlaba tranquilamente con su acompañante. El plan parecía pensado, pero no contaron con la mirada atenta del agente.
La rápida intervención
El guardia civil decidió actuar. Primero alertó a las empleadas, después se identificó y bloqueó la salida de los sospechosos. Cuando llegó la Policía Local, los artículos ya habían aparecido: los propios implicados los devolvieron antes de que todo pasara a mayores.
Una anécdota que se suma al día a día coruñés
A Coruña, ciudad conocida por su vida cultural y comercial, suma así una anécdota a su lista de historias curiosas. Mientras turistas disfrutan del paseo marítimo o del bullicio de la plaza de Lugo, la ciudad demuestra que siempre guarda sorpresas.
Conclusión
Este robo fallido deja una lección clara: la picaresca no siempre funciona, sobre todo cuando un guardia civil anda cerca y con buen ojo para los detalles.



































