
El Parque Natural Fragas do Eume es uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa. Senderos, ríos y vegetación densa crean un paisaje mágico. Es ideal para caminar, respirar aire puro y descubrir rincones históricos. Cada visita regala una experiencia distinta, entre silencio, naturaleza y belleza salvaje.
¿Por qué visitar el Parque Natural Fraga de Eume?
Visitar el Parque Natural Fragas do Eume es adentrarse en un mundo casi intacto, donde el bosque atlántico se muestra en su forma más pura. Con más de 9.000 hectáreas de extensión, este parque es uno de los tesoros ecológicos más importantes del norte de la península ibérica. Ubicado entre los municipios de Pontedeume, Monfero y A Capela, este entorno conserva una biodiversidad extraordinaria y una atmósfera que transporta a quien lo recorre.
Las fragas —bosques frondosos de hoja caduca— cubren laderas empinadas que descienden hacia el río Eume. El microclima húmedo favorece un ecosistema único, en el que crecen especies vegetales autóctonas como carballos, alisos, helechos y musgos que cubren rocas y árboles, generando un paisaje que parece sacado de un cuento. Este equilibrio natural también acoge fauna diversa: nutrias, halcones, salamandras y una amplia variedad de aves y anfibios.
Más allá de su riqueza natural, el parque tiene un fuerte componente cultural. El monasterio de Caaveiro, escondido entre la vegetación, recuerda la presencia monástica medieval y se integra perfectamente en el entorno. Caminar hasta él es una experiencia inolvidable. Además, las rutas de senderismo están bien señalizadas, con recorridos adaptados a diferentes niveles físicos. Esto hace que el parque sea apto para senderistas, familias, ciclistas o simplemente amantes del silencio y la naturaleza.
¿Qué ver en el Parque Natural Fraga de Eume?

El Monasterio de Caaveiro
Este monasterio milenario, fundado en el siglo X, se alza sobre una colina en medio del bosque. Desde lo alto se obtienen vistas espectaculares del valle del Eume. Restaurado y abierto al público, se puede visitar con guía o por libre. Es una parada obligada, tanto por su historia como por el entorno que lo rodea.

Las rutas de senderismo
El parque cuenta con varios senderos perfectamente señalizados. La ruta del río, que sigue el curso del Eume hasta el monasterio, es una de las más accesibles y populares. Otras más exigentes llevan a miradores naturales, pozas escondidas y zonas de especial valor ecológico. Cada una ofrece una perspectiva diferente del bosque.

La flora y fauna autóctonas
Recorrer las fragas es también una experiencia sensorial. Los helechos gigantes, las lianas y los árboles centenarios crean un ambiente húmedo y fresco. Con un poco de paciencia, es fácil avistar nutrias en el río o escuchar aves en pleno canto. El parque es, además, un lugar ideal para la fotografía de naturaleza o la observación de especies.











